Por muy
inconsistente que sea nuestra escena local, hay bandas representativas que han
logrado perdurar en la mente de muchos, por corta que fuera su existencia, ya
que sus grabaciones han pasado de mano en mano, dejando un fascinante recuerdo.
Bejin de
Kabuto, es una de esas bandas que logra el status de “legendaria”, ya que en su
momento (inicios del 2000), pasó desapercibida para la gran mayoría, creando esa
fama de “banda de culto”. Afortunadamente logré ser testigo de sus conciertos (dos
para ser exactos) por allá por el 2002, en los que pude apreciar su show, uno
de ellos siendo un fabuloso jam extendido,
en el que demostraron esa calidad sonora y fusión psicodélica que los
caracteriza.
Al poco tiempo
cayó en mis manos su único disco, “Manual de instrucciones para ser una mejor
persona”, cautivante de principio a fin. Aún lo conservo entre mis joyas de
grabaciones ecuatorianas.
Luego de su
separación, los integrantes de la banda: Alesis Doppler (teclado y voz), Aldo
Macchiavello (batería), Andrés Arteaga (guitarra) y David Canessa (bajo y voz),
crearon diversos proyectos musicales cuya variedad de género posee un rango extenso, pero con una gran cantidad de adeptos: Doppler con mUte, Róndamon y su
proyecto solista; Machiavello con Los Brigantes, Satori y Niñosaurios; Artega
como solista y Canessa con Sir David y Lamperhead.
Es justamente en
esta mezcla de influencias entre sus integrantes, donde radica la fuerza y
solidez de la banda, que aunque se haya desvanecido musicalmente en el under
local, mantiene un recuerdo latente.
10 años después…
Luego de un
largo hiatus, la banda se reúne y da
un adelanto de su regreso en el festival “Rock del Lago”, con una corta
intervención que dejó con ganas a la audiencia que fue exclusivamente para
escucharlos a ellos.
Su regreso oficial
El concierto realizado
en Diva Nicotina el viernes 7 de junio, atrajo asistentes curiosos que
finalmente iban a poder escuchar en vivo a la banda que en su momento no tuvo el
reconocimiento merecido. En estos 10 años, su fama se había propagado fuertemente
dentro del circuito local, luego de reseñas en blogs y cuando su disco apareció
en la red para que todos pudieran apreciar aquella banda de la que sólo se
comentaban historias inconclusas.
Tras algunos
errores en "Johnny Destiny", la canción con la que iniciaron el concierto -que
además da apertura a su disco- y algunas fallas técnicas, se levantaron con la
pasivo-agresiva “Niñas Crack”. Tras un repaso muy por encima de algunas de sus
canciones de antaño, más algunos temas que nunca grabaron como “Jajaja” y
“Masarao Spencer”, con la que hicieron bailar a más de uno, lograron
transportar en el tiempo a los fans de la primera época, quienes añoraban
escuchar a esa banda que parecía haber quedado en un recuerdo musical catatónico.
Además de sus
canciones ya conocidas como "Gatómetro en Stereo", "Ebria de Marte" y "Retrovisor", presentaron
nuevos temas que mantenían la onda Surf Rock y Psicodelia que los caracteriza,
para luego jammear con soltura durante la instrumental “Durango” y finalizar
con la energía ascendente e hipnotizadora de “Debí haber muerto ayer pero no sé
qué pasó”.
Al igual que
en su mejor época, el show de Bejin de Kabuto fue disfrutado por muy pocos. La
concurrencia al concierto regreso de una de las bandas míticas de la escena
guayaquileña, pasó inadvertido, logrando que sus fans de ayer y hoy salgan con
una sonrisa aún más grande en la cara, gracias a la certeza de que su banda
favorita sigue manteniendo el status de banda de culto, pero con una leve
sospecha de que no será secreto por mucho tiempo.
Acá les dejo
una biografía más extensa de la banda (para aquellos que no tienen idea sobre
quiénes estoy hablando) hecha por el creador de la página de apoyo local Guayaquil Independiente (ahora extinta):